LOS SACRAMENTOS
(AUTOR: JULIÁN)
Dios ha sembrado en tierra muchas semillas maravillosas, ellas necesitan de un cuidado especial para ir fortaleciéndose y volviéndose cada día árboles fuertes que crecen hacia el cielo ayudando con su altura y su fuerza a que muchos pájaros que se arriman, aniden y puedan tener sus polluelos. ¿Qué hace cada sacramento?
BAUTISMO: En él somos regados con el agua, allí comienza nuestra historia como cristianos, él nos prepara como semillas para un crecimiento firme, haciéndonos hijos de Dios y dándonos, en nuestros hermanos los cristianos, una familia, pues no somos las únicas semillas en este campo. Nos bautizan siendo pequeños, porque siempre la semilla necesitará de pequeña del agua para crecer feliz y vigorosa, y porque no hay mejor muestra de amor que ser regados con amor cuando por pequeños no lo sabemos hacer por nosotros mismos.
RECONCILIACIÓN: La semilla para poder echar sus raíces primero deberá morir y abrirse, así brotará de ella cosas grandes, pero para ello dejará atrás su cascarón. Así es este sacramento: Morir al pecado por medio de la confesión para que en nosotros entre los nutrientes del cielo y abrir el corazón para dejar que nuestras raíces de amor comiencen a crecer.
EUCARISTÍA: Sin raíz nuestro árbol no podrá sostenerse al primer ventarrón, por eso necesitamos que ella llegue tan hondo que nada pueda arrancarla; la raíz será la que alimentará el árbol para siempre. Así es la Eucaristía: la raíz que nos alimentará por medio del pan y del vino que son el cuerpo y la sangre del Señor, si no nos alimentamos, no tendremos fuerzas y nuestra vida caerá rápidamente con los vientos de la tristeza y de la desesperanza.
CONFIRMACIÓN: Con paciencia y espera nuestra planta iniciará su camino hacia el cielo, pero antes que las ramas, deberá crecer nuestro tallo, pero esto será cuando nuestro árbol ya tenga edad suficiente para crecer por sí mismo. La confirmación es el sacramento que nos sostendrá firmes, es decirle a Dios que hemos sentido su amor y que tenemos edad suficiente para decir con el corazón que queremos crecer con él a nuestro lado. El tallo necesita de luz para continuar su crecimiento, así es como en la confirmación pedimos la luz del Espíritu Santo, que junto con el agua del bautismo nos hará buenos árboles.
MATRIMONIO Y ORDEN SACERDOTAL: Aquí, nuestro árbol ya ha sacado sus ramitas, así que podremos optar por una de ellas. La rama del matrimonio nos invita a dar frutos por medio de la fidelidad y el amor a otra persona, comprometiéndonos a compartir nuestra felicidad con ella libremente y entregando a Dios esta tarea de amarle, que a veces puede ser difícil si hay tormentas; el ORDEN SACERDOTAL, también es una rama que produce frutos, pero en el amor y la fidelidad total a Dios, haciéndose su sacerdote para continuar también con la tarea de hacer crecer en la fe a muchas semillas nuevas en la historia y para ayudar a que muchos crezcan como semillas dándoles los sacramentos.
UNCIÓN DE LOS ENFERMOS: Por último, hay algunas hojas que al terminar el verano comenzarán a secarse y morirán. La unción de los enfermos es el sacramento que prepara a las personas que ya están listas para soltarse del árbol como hojas, para ser llevadas por el viento hacia el cielo. Por la unción, el sacerdote ora por nosotros y nos prepara por medio del óleo sagrado para este viaje, en el que Dios nos recibe con los brazos abiertos para descansar en su amor eterno.
